Tiempo
Me hablas de horas perdidas cuando echas la vista atrás y pretendes recuperar el tiempo ido.
Yo mido el tiempo en cada segundo que te espero, en cada momento que ansío o sé que voy a pasar contigo. Y me desespero, me revelo cuando me recibes en la cotidianedad de quien sabe tenerse siempre, todos los días, a cada momento.
Reconozco que es algo de egoismo por mi parte, pero no soy celoso de tu vida sino de tu tiempo.
Sé que te tengo, que me piensas, me deseas, que formo parte en cada parte de tu ser, y juegas con ello a encenderme, a arrastrarme hacia ti contínuamente, pero yo me retengo porque soy consciente de que tu estás ahí, y yo aquí, este es el juego, aceptado, consentido o no pero asumido, y así, cuando te tengo, antes ya de tenerte, mirándome, hablándome, oliendote, besándome, fundiéndote con mi piel, sólo pienso en intensificar ese momento y pensar que ya el principio es el final, por si acaso el final nos sorprende antes o sin tiempo, y así no esperar a que llegue el... ¿arrepentimiento?
No sé, pese a los años que nos envuelven en este sinsentido de razones, de emociones y de enredos, parece, a veces, que no nos conocemos, que no terminamos de avistar lo que el otro está sintiendo, y quizá ese sea el juego. Pero a veces, y solo a veces, no me va ese juego.
Ni un solo momento en que te he tenido, y cuando no, en los tiempos de tinieblas, he dejado de querer empezar contigo a amarte, a conquistarte, y solo el momento me condiciona a ser distinto de lo que siento. No te lo reprocho pero, por favor, tampoco tu me condiciones a ello.
Te quiero, y eso es lo que siento.
Si estoy contigo es porque te quiero.
Disfrutemos entonces el momento, sea cual sea, sea como sea, perdido o intenso, saquemos partido de lo que tenemos sin mirar atrás. Sé que los recuerdos forman parte de tus emociones, pero recuerda que las mias se miden en lo que me aventuras, no en lo que recuerdo. Ahí, en mis recuerdos, es donde descanso mis sentimientos, y en esos recuerdos no tengo reproches de lo que te siento.
Un beso mi amor, por que te quiero.
Yo mido el tiempo en cada segundo que te espero, en cada momento que ansío o sé que voy a pasar contigo. Y me desespero, me revelo cuando me recibes en la cotidianedad de quien sabe tenerse siempre, todos los días, a cada momento.
Reconozco que es algo de egoismo por mi parte, pero no soy celoso de tu vida sino de tu tiempo.
Sé que te tengo, que me piensas, me deseas, que formo parte en cada parte de tu ser, y juegas con ello a encenderme, a arrastrarme hacia ti contínuamente, pero yo me retengo porque soy consciente de que tu estás ahí, y yo aquí, este es el juego, aceptado, consentido o no pero asumido, y así, cuando te tengo, antes ya de tenerte, mirándome, hablándome, oliendote, besándome, fundiéndote con mi piel, sólo pienso en intensificar ese momento y pensar que ya el principio es el final, por si acaso el final nos sorprende antes o sin tiempo, y así no esperar a que llegue el... ¿arrepentimiento?
No sé, pese a los años que nos envuelven en este sinsentido de razones, de emociones y de enredos, parece, a veces, que no nos conocemos, que no terminamos de avistar lo que el otro está sintiendo, y quizá ese sea el juego. Pero a veces, y solo a veces, no me va ese juego.
Ni un solo momento en que te he tenido, y cuando no, en los tiempos de tinieblas, he dejado de querer empezar contigo a amarte, a conquistarte, y solo el momento me condiciona a ser distinto de lo que siento. No te lo reprocho pero, por favor, tampoco tu me condiciones a ello.
Te quiero, y eso es lo que siento.
Si estoy contigo es porque te quiero.
Disfrutemos entonces el momento, sea cual sea, sea como sea, perdido o intenso, saquemos partido de lo que tenemos sin mirar atrás. Sé que los recuerdos forman parte de tus emociones, pero recuerda que las mias se miden en lo que me aventuras, no en lo que recuerdo. Ahí, en mis recuerdos, es donde descanso mis sentimientos, y en esos recuerdos no tengo reproches de lo que te siento.
Un beso mi amor, por que te quiero.
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